domingo, 6 de diciembre de 2015

2. Mirando el gran bosque

Ayer nos encontramos con un pez muy grande. Con ese coletazo casi perdimos el control de la canoa, si a eso le añadimos que se acercaban unos rápidos... es normal que ahora ya no tengamos otra salida de aquí que la de nuestras propias piernas. No nos hemos hecho daño, eso se lo debo a Alberto. Vaya pericia con el remo. No me lo esperaba y se lo agradezco muchísimo. ¡Vaya susto!

Nos dirigiremos hacia el este a ver si podemos encontrar algún poblado. uff, ¡qué fácil es decirlo! Espero que sobre la marcha seamos capaces de superar nuestras dificultades... de momento la primera es tener que abandonar el río. Puede que sea nuestro primer error, no lo se... peor sería luchar contra las zarzas sin ir a ninguna parte ¿no? (para qué pregunto...)

El bosque me impone mucho. Hay demasiados ruidos que desconozco, no me gustaría estar ahí más de 20 minutos aunque es mejor no retrasarlo. La verdad, no quiero tener miedo a tener miedo, así que voy a empezará mi propia historia de supervivencia. Pase lo que pase... por desgracia o por fortuna veo muy claro que la única manera de salir de aquí es avanzar. 

Popotnik

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