miércoles, 25 de noviembre de 2015

El pequeño protagonista

A veces lo inmenso es tan inalcanzable que nos rendimos sin siquiera tratar de mirarlo. Hablar de la Gran Historia es ciertamente hablar de la inmensidad. Es muy fácil decir "entonces es como hablar de nada". Cierto. Espero que no sea el caso.

Para evitar divagaciones involuntarias, voy a divagar adrede. Creo que hay una manera de ver esta Gran Historia reducida a 24 horas, o mejor, a 16. Una historia que empieza al abrir los ojos y que al cerrarlos ha dado un paso de gigante. Hablo del día a día. Hay muchas maneras de ver la historia universal, se puede ver como cadena de sucesos, como conjunto de azares, como acciones y consecuencias o como un mundo que se conoce a sí mismo. Ocurre lo mismo en el día concreto. Puedo vivirlo de manera pasiva, enfrentándome a lo que me viene de la mejor manera o bien puedo lanzarme al vacío, con los ojos abiertos y la boca cerrada. Verlo como La Gran Historia que empieza y que continúa en mi. Darme cuenta que soy el gran protagonista de un fragmento insignificante de la Gran Historia.

Los protagonistas siempre tienen sus privilegios. En los libros suelen ser los únicos con derecho a estar cansados, a enfadarse, a tener pesadillas o bien a disfrutar de una golosina. Todos los protagonistas tienen una identidad única, perfilada, nunca son uno más. De ahí que me atreva a decir que esta Gran Historia, por muy inmensa que sea, no sabe reducir a ninguno de sus protagonistas a un pequeño y desconocido actor secundario. De ahí que sea "La Gran Historia" y no "mi propia historia". No soy protagonista porque yo destaque en ella, soy protagonista porque esta historia es para mí. Somos protagonistas porque sin nosotros, La Gran Historia, no tendría ningún motivo para ser Historia.

martes, 17 de noviembre de 2015

1. Hora de dormir

Hemos decidido descansar de esta canoa, estamos en una pequeña playa del río. Una playa refugiada del mundo gracias a un pequeño acantilado que la abraza. Veo cómo Alberto enciende la hoguera, me parece bien. En algún momento tendremos que dormir, qué mejor que un fuego para protegernos. La oscuridad nos encontrará igualmente así que mejor no tomar precauciones inútiles y pensar en lo práctico. Nos defenderemos del frío con calor y de la noche con luz. Nuestro mayor miedo serán los lobos.

La verdad es que no huimos de nada, solo que la corriente nos ha llevado demasiado lejos, a un lugar que no teníamos planeado. Por eso hemos decidido descansar aquí , creo que mañana podremos ver las cosas más claras. Y tomar una decisión. No creo que podamos ir río arriba, pero puede que nos aparezca una solución, quién sabe. Ahora no es el momento de pensar en eso...

Recuerdo que mi primo me dijo una vez "age quod agis", "haz lo que estás haciendo". una de esas máximas que parecen sanas pero que son inalcanzables. La verdad es que me cuesta dejar de pensar en qué sucederá mañana o esta noche, qué pasará cuando no tenga comida o cuando no sepa ni qué hora es. Aunque tiene razón en lo de que pensar en eso ahora, cuando debería dormir, no me va a ayudar. Así que voy a cerrar estas líneas, comeré algo y me tumbaré. Sé que lo necesito, aunque no me lo creo mucho... 


Si encuentras este texto levanta la vista y disfruta del paisaje, ahora no veo mucho pero estoy convencido de que vale la pena.

Popotnik.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Sobre las energías



Hacer zapping en la radio es uno de los actos más comunes del ser humano asentado. Anteayer, siguiendo esta costumbre, escuché una palabra disonante en una emisora, "el mal".. miré bien qué canal tenía y no, no era radio María. No sé qué frecuencia era, ni me importa. Me importa comentarlo.

El locutor, o más bien el entrevistado, empezó hablando de "fuerzas del mal" y "fuerzas del bien" presentes en la vida de cada uno. Veía en las fuerzas del mal a los demonios, quienes se aprovechan del hombre débil para utilizarlo e incitarle al mal. En las fuerzas del bien había ángeles, presentes siempre en el mundo pero incapaces de actuar por el hombre si el hombre no requería su ayuda.

Mi curiosidad no me dejaba tranquilo, quise escucharlo todo. ¿Hasta dónde llegaría la exposición? luego empezaron a entrar las energías. Las fuerzas del mal eran "energías negativas estiradas desde los demonios", las positivas lo inverso. "Lo importante es ser una persona equilibrada", "así se evita el estado de debilidad". Para ello "hay que meditar, orar" y otra cosa que no recuerdo.

Lo que me llama la atención de esto no es que se crea en ángeles o en demonios, yo también creo que existen, incluso que están presentes en nuestro mundo, no me sorprende el hecho de que éstos actúen en la vida del hombre, no. Lo que me llama la atención es que toda esa teoría no se pregunte nada a sí misma. No se pregunte cual es la finalidad de esos demonios que intentan llevar al hombre al mal, a la angustia. ¿A santo de qué les interesa el hombre? y por el contrario los ángeles ¿porqué otorgan "estados de gracia"? 

Me da la sensación de que es un mundo estancado en el mundo. Desde el que no importa mencionar a Dios, ni siquiera es necesario cuestionarlo, porque todo se explica desde su propio pié, y esa explicación tranquiliza, acalla. Un mundo que asume parte de lo que ha descubierto desde la Iglesia, pero que se aleja de ella a toda costa. La disfraza y la diluye en su día a día. Al final lo que queda son equilibrios, ángeles y energías negativas. Queda un mar vacío, un universo descompuesto en conocimientos realmente desconocidos, o más bien un pequeño hombre que se cree grande.


A veces la verdad está tan cerca que al asomarnos y buscar en ella perdemos nuestro propio protagonismo, eso, por supuesto, no nos interesa.